27 oct 2017

Crear


En el llamado acto creador el yo no está presente.
Se es sin estar ahí. Y más se es cuanto menos se está.
No interfieren costumbres prejuicios ni pensamientos que creemos propios,
tampoco existen categorías como bueno o malo,propio o ajeno.
No hay dioses ni naturaleza, no hay espejos ni prójimo que nos devuelvan una imagen tranquilizadora.
Es necesario el olvido para llegar a un estado de inocencia donde todo pueda suceder.
Se percibe una alegría fugaz.
Lo que sigue son acciones de origen desconocido aunque el movimiento sepa a dónde ir.
Es necesario obedecer a la corriente, ser el agua,escuchar una música que guía,
soltar la mano y que baile,
confiar en el ojo ,
sumergirse y poder salir las veces que sea necesario.
Cuando el cuerpo está cómodo porque ya nada sobra ni falta,
es el momento de terminar.
Sobre la superficie aparece algo nuevo, algo que no tiene nombre y que no es de nadie.
Algo que nos usó para nacer

Silvia Flichman

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